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Aminat: "Estoy feliz porque mi hijo es feliz"

Aminat. Fotografía: Carmen Valiente

Resolución de la solicitud de asilo: reconocida la condición de refugiada.

Aminat, de 43 años y procedente de Chechenia (la región musulmana de Rusia), fue admitida como solicitante de asilo en España a finales de 2017 tras haberle sido negada esta condición en Austria. Los motivos de dicha solitud son reservados para garantizar la seguridad de la entrevistada.

Aminat es, ante todo, madre. Su máxima ambición es la felicidad de su hijo a quien menciona constantemente durante la entrevista hasta darse cuenta ella misma. "¡Todo para mi hijo, madre mía!", dice entre risas. 

No fue hasta agosto de 2020 cuando le concedieron la protección internacional. Lo primero que hizo al tener la documentación fue ir a visitar a su familia: "He ido a mi país. He visto a mi familia. Era mi gran deseo, abrazar a mi madre, olerla, abrazar a mi padre." Cuenta que ese momento para ella fue "como cuando acabó la guerra en Chechenia. Abracé a mi padre y a mi madre y no veía nada de tren ni de maletas, solo les abrazaba, les olía y les miraba. Yo era un ángel. Como si tuviera todo en el mundo y no necesitara nada más".

 

PREGUNTA. ¿Cómo estás?

RESPUESTA. Estoy feliz porque mi hijo es feliz. Lo veo en sus ojos. Un día yo me senté cerca y le dije: ¿Eres feliz? Él me miró y me dijo: ¿Por qué, mamá? Yo le dije: ¿Sabes? Cuando yo era pequeña tenía otra vida. Mis padres trabajaban mucho y tenían poco tiempo para mí. Desde pequeña, desde los siete u ocho años, iba al colegio sola y no tenía la preocupación de mis padres. Ellos trabajaban muchísimo. Y, por eso, yo quería ser muy buena madre para mi hijo. Y mi hijo ahora dice que es feliz. Si él es feliz, yo soy feliz. Es mi oxygen.

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Cuenta que en este tiempo ha hecho un curso de cocinera donde ha aprendido recetas la gastronomía española, pero, aunque disfruta cocinando para su familia, durante las prácticas descubrió que ese trabajo no era para ella. Después de aquello, fue cuidadora de un anciano donde recuerda que "trabajaba para aprender español ¡Pero él no hablaba! (ríe). Así que ese trabajo tampoco valía para mí". Aminat es diplomada en contabilidad, profesión que ejerció hasta llegar a España. Actualmente trabaja por cuenta propia como trader de criptomonedas.

 

En 2018, residía en una habitación del CAR junto a su hijo. Su principal objetivo era, entonces, mudarse a un piso con él donde pudiera cocinarle las recetas que más le gustan. Hace tiempo que cumplió esa meta. Tanto es así, que retrasó la hora de la nueva entrevista para poder prepararle Borscht, una sopa típica de Rusia. 

P. ¿Cuáles son tus objetivos actualmente?

R. Quiero homologar mi diploma universitario, pero para eso necesito hablar bien español y todavía estoy aprendiendo. Después, quiero encontrar un buen trabajo, porque me gusta salir de casa e ir a trabajar. ¿Por qué me gusta ir al trabajo? Porque me gusta arreglarme. Mi pelo, mis uñas, ir bonita. También quiero un buen futuro para mi hijo.

P. ¿Qué te gustaría para su futuro?

R. Me gustaría que fuera economista, creo que es un buen trabajo. Aunque él quiere ser programador. Yo no le voy a decir lo que tiene que estudiar, si el quiere ser programador, vale. Va hacer lo que quiera, pero yo le voy a explicar cómo será ese trabajo, a qué hora tendrá que levantarse y cómo será su vida.

Entre preguntas aprovecha para preguntar por el personal del CAR. "Los echo de menos. Aquello era como una gran casa. Eran como familia para mí". Aminat se siente completamente adaptada a su nueva vida: "Sevilla me encanta, es muy bonita y tiene muy buena gente con mucha energía" (ríe). "Me gusta mucho hacer amigos".

P. ¿Tienes la vida que esperabas?

R. Sí. Me gusta poder hacer lo que quiera. Aquí nadie me obliga a ponerme un pañuelo, ni me prohíben usar pantalón.

P. ¿Cómo es un día en tu vida?

R. Me levanto a las siete y veinte, preparo el desayuno para mi hijo y lo llevo al colegio. Después vuelvo a casa y limpio. Una vida normal. Preparo una comida para mi hijo. ¡Todo para mi hijo, madre mía! Para mí también, claro, porque me gusta comer (ríe a carcajadas). También puedo decir que trabajo todos los días, porque siempre miro cómo está esta moneda, si está subiendo o bajando. Tengo que estar siempre pendiente.

Durante la entrevista en 2018, Aminat se mostraba muy nerviosa e insegura. Su mirada apuntaba al suelo y dejaba las frases a medias por miedo a contar más de la cuenta. Los motivos de su solicitud de asilo son muy delicados y eso, junto a lo que supone afrontar una vida nueva en un país tan diferente, le afectaba. Su cambio también se percibe en su aspecto. En aquel momento, vestía ropa oscura y holgada. Ahora se describe como una mujer muy coqueta. De hecho, confiesa habernos citado en esta cafetería porque cuando terminemos tiene cita en un local de manicura cercano. Ahora usa colores y complementos llamativos y ríe constantemente. Es una mujer libre, feliz y risueña. 

P. ¿Estás más tranquila que cuando llegaste a España?

R. Sí. En aquel momento no sabía cómo sería la vida aquí. Necesitaba vivir un tiempo en mi piso con mi hijo para saber cómo funciona todo. Saber los precios del supermercado, cuánto se necesita para vivir... Es otra vida. Tenía mucho miedo, pero no por mí, por mi hijo. Porque soy madre. Ahora estoy segura de mí. Sé que puedo vivir, trabajar y seguir aquí.

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