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Riad: "Siento que mi vida ha ido hacia atrás"

Riad sentado en el interior de una tetería. Fotografía: Carmen Valiente

Resolución de la solicitud de asilo: reconocida la condición de refugiado.

Riad, de 25 años y procedente de Siria, vivía desde hacía seis años en el Líbano con su familia. Se desplazaron al país vecino cuando estalló la guerra en su país, aunque tampoco estaban seguros pues eran comunes las agresiones xenófobas contra los sirios. Este fue el motivo que les llevó a solicitar asilo en España.

Riad pertenece a esos 6,6 millones de personas originarias de Siria desplazadas a otros países debido a la guerra civil que estalló en 2011. De aquel momento recuerda que "no podíamos vivir allí. Había muchas personas muertas, muchas bombas…"Él y su familia son de Idlib, uno de los puntos más críticos de la guerra en la actualidad, bastión de los rebeldes. 

Se marcharon al Líbano para rehacer sus vidas poco después de comenzar la guerra. Allí, Riad trabajó como albañil y camarero, pero la situación en el Líbano era complicada. Se daban casos de agresiones xenófobas a los refugiados sirios por parte de los ciudadanos libaneses. Riad fue víctima de una de esas agresiones. Unos desconocidos le increparon en la calle preguntándole de dónde era y, al responder, le atacaron por la espalda golpeándole la cabeza causándole heridas graves. 

En esta ocasión nos encontramos con él en una tetería del centro de Sevilla. Es cliente habitual de este local del que destaca cuánto le recuerda a su país. El lugar cuenta con decoración árabe. En él, se sirven tés típicos países como Marruecos, Pakistán y Siria, también hay cachimbas y dulces árabes tradicionales.

PREGUNTA. ¿Cómo estás?

RESPUESTA. Bien. Mi vida es normal, no tengo ningún problema. Estuve trabajando en un restaurante de comida española. Primero estuve un año con contrato a jornada completa. Después, con el Covid, no me renovaron, pero me han dicho que van a volver a llamarme pronto. Ahora estoy cobrando el paro, me quedan solo dos meses, así que espero volver al trabajo cuanto antes. 

P. ¿Y tu familia?

R. No han encontrado trabajo. Siguen estudiando español y hace un año y medio que se les terminó la ayuda de Cruz Roja. Yo a veces les ayudo, pero también necesito el dinero para mí.

A finales de 2017, Riad y su familia recibieron la llamada de una organización española. Les propusieron venir todos juntos a España como refugiados. Aquí, según cuenta, les aseguraban que les facilitarían una vivienda y el acceso a estudios.

Al llegar a España, Riad se sintió engañado "me dijeron que iba a vivir en una casa, no en el CAR". La comida y los horarios limitados de entrada y salida le resultaron chocantes. "Siento como si estuviera en la cárcel". Al salir de allí, recibió ayuda por parte de Cruz Roja, pero Riad no quiere depender de otros: "No quiero ayudas de nadie. Quiero tener mi trabajo, mi casa y ya". 

Esa es la libertad que Riad buscaba desde que llegó a España y que ya mencionó en nuestro primer encuentro, la que le proporciona tener un trabajo con el que mantenerse y poder salir siempre que quiera con sus amigos. "Tengo muchos amigos españoles y árabes por aquí. Nos gusta ir a comer, a las cafeterías, discotecas... Me gusta conocer gente y no estar encerrado".

Actualmente Riad vive en una habitación de un piso compartido. De sus cuatro hermanos, dos ya se han independizado, mientras que los dos más jóvenes viven con sus padres. La más pequeña, su hermana de catorce años, es "la primera en su clase. Habla español, inglés, francés, árabe, turco y ahora quiere aprender chino. Es muy lista, le gusta aprender". Por su parte, él quería estudiar en la universidad, pero sus deseos se vieron truncados al estallar la guerra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace tres años, hablaba de la dura situación por la que estaba pasando un familiar en el Líbano. Al preguntarle de nuevo por esta persona, los ojos de Riad se vuelven vidriosos por un segundo. 

P. En 2018 contabas que tu tía se encontraba atrapada en el Líbano. ¿Qué ha sido de ella?

R. Sigue igual. Su vida está muy mal. Ahora hay más problemas allí. No hay guerra, pero tienen que hacer guerra para vivir. Quiere salir, pero no puede. Mi país sigue en guerra así que no puede entrar y como la otra frontera del Líbano da al mar tampoco puede salir. Para venir a España necesitarían un permiso.

Las duras condiciones de vida a las que hace referencia se deben a la hiperinflación que está sufriendo el Líbano en la actualidad, una crisis económica que el Banco Mundial valora como una de las peores del siglo XXI a nivel global.

Durante sus primeros meses en España los objetivos de Riad eran sencillos: aprender el idioma y encontrar trabajo.

P. ¿Cuáles son tus objetivos actualmente?

R. Volver al trabajo. Si no, me iré a otra ciudad u otro país. Cuando pase más tiempo me gustaría abrir mi lugar, no quiero trabajar para nadie. Me gustaría abrir una cafetería donde se sirvan cócteles y cachimbas y también un restaurante de comida árabe y española.

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Riad contemplando el horizonte en Saida (Líbano). Fotografía cedida.

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P.  Antes comentabas que tienes muchos amigos aquí ¿Te sientes integrado?

R. Estoy muy bien. Me gustan mucho los españoles porque no tienen problemas con la gente de fuera. Aquí somos todos iguales.

P. ¿Eres feliz?

R. No estoy muy feliz, más que eso estoy tranquilo de que tengo a mi familia aquí. Puedo verlos y no tengo que tener miedo a que les pase algo. Si estuvieran en el Líbano o en mi país yo estaría como muerto, siempre estaría pensando en ellos. Eso es lo que me hace feliz en mi vida por aquí, que están conmigo.

Riad se muestra en todo momento muy crítico con su situación y condiciones de vida. Al ser un refugiado por conflicto bélico, su vida cambió drásticamente. Pasó de vivir cómodamente a verse obligado a abandonar su país y, tras ello, tener que dejar también el Líbano por estar en juego su seguridad. Llegó a un país de un continente diferente, con un idioma desconocido para él y en el que debería construir una nueva vida desde los cimientos.

P. ¿Tienes la vida que esperabas al venir?

R. La verdad es que no. Pensaba que tendría una vida mejor. En Líbano tenía mi casa, mi moto, teníamos coche y tenía bastante dinero. Comía siempre fuera y no me faltaba dinero Cuando llegué aquí fui hacia atrás, no hacia adelante. Sí, la gente aquí es buena y no tengo problemas con ellos, pero siento que mi vida fue hacia atrás. También lo piensan otros amigos sirios que viven aquí.

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P. La vez anterior dijiste que no volverías a Siria ¿has cambiado de opinión?

R. Volvería de visita si termina la guerra. Tengo 25 años y llevo fuera desde que empezó. Sigo sintiendo que es mi país, pero creo que aunque acabe la guerra seguiría habiendo problemas, aunque echo de menos la vida allí. El país siempre está cerca del corazón.

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